- ¿Cómo se obtiene el compost?
El compost es el resultado de la descomposición natural de la materia orgánica (fermentación) en la que intervienen pequeños organismos descomponedores:bacterias, hongos y pequeños animales como lombrices y escarabajos, entre otros.
El compost es un abono natural, su uso evita utilizar otros fertilizantes químicos, facilita la circulación del aire, nutre a las plantas, enriquece el suelo, favorece la absorción del agua, ahorra agua, convierte un residuo en un recurso.
- ¿Cómo hacer nuestro propio compost?
En el comercio encontramos las llamadas composteras, de plástico o madera que ayudan a nivel doméstico para la elaboración del compost.
En los grandes huertos una de las técnicas más comunes de compostaje consiste en preparar un montón o pila formada de residuos orgánicos en la que mezclaremos los distintos materiales. Se debe colocar en un lugar resguardado del viento y semisombreado.
El proceso de elaboración del compost puede tardar de 3 a 4 meses y transcurridas las primeras semanas es aconsejable voltearlo para airearlo y oxigenarlo así como regarlo. El compost está listo cuando su composición es homogénea, no tiene olor y tiene un color oscuro.
- ¿Qué residuos no debemos añadir a la compostera?
– Maderas tratadas o sus cenizas
– Pañales desechables, compresas…
– Aceites vegetales
– Medicamentos
– Materiales no biodegradables
– Los restos de barrer
– Tejidos sintéticos
– Revistas o cartón impresos a color, brillantes o encerados
– Filtros de cigarros
– Alimentos altos en grasas
– Cítricos
– Excrementos de perros o gatos
- ¿Qué residuos podemos añadir a la compostera?
– Restos de verduras y frutas
– Cáscaras de huevo
– Follaje
– Tallos frescos
– Hojas secas
– Restos de abonos verdes
– Restos de jardinería
– Material leñoso
– Restos de paja, virutas de madera o serrín
– Desechos de hortalizas
– Estiércol desmenuzado (de cabra, gallinas, caballo, vacas, ovejas…) esto ayuda a acelerar el proceso de descomposición.
- Usos del compost
Se puede utilizar:
– Como acolchado en los cultivos para protegerlos de los cambios de temperatura y evitar la sequedad, controlando así las malas hierbas y nutriendo al suelo.
– Como fertilizante en árboles frutales, huertos, macetas, césped… aportando nitrógeno, calcio, fósforo…